jueves, 26 de marzo de 2015
HORARIOS DE SEMANA SANTA EN LA PARROQUIA
Aquí os dejamos el link con los horarios de las celebraciones de Semana Santa en la Parroquia:
Horarios: pincha aquí
¡Os deseamos una santa Semana Santa!
Yo soy la luz del mundo
…el
que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn8,
12).
A la samaritana le ofreció el agua viva, a los de
Cafarnaúm el pan de vida y ahora, justo después del encuentro con la mujer adúltera
que ha recibido la misericordia y el perdón del Señor, a los que quedan en su
entorno, les ofrece la luz de la vida.
¡Qué difícil es caminar
a oscuras! ¡Mas aún en las tinieblas! Los obstáculos nos hacen tropezar. No
vemos y nos entra el miedo. En cambio, cuando vuelve la luz, todo se aclara. Sabemos
por donde caminar y cómo evitar los obstáculos del camino. Además, la luz nos
permite descubrir la belleza de las cosas, nos permite ver en profundidad.
Con la luz podemos
orientarnos, ver los caminos y las metas. Pero la luz no puede ahuyentar las
tinieblas y la oscuridad de manera permanente. La luz del sol nos quita la
oscuridad sólo unas horas. La luz que necesitamos para entendernos a nosotros
mismos, para entender nuestro corazón y para entender el por qué de lo que nos
sucede, es de otro tipo. Necesitamos otra luz.
Jesús viene a colmar
ese deseo tan profundo de luz y Él mismo se nos ofrece como luz. Yo soy la luz del mundo. La comunión con
Jesús nos permite entendernos, comprender nuestro corazón, etc… Es la luz que
nos permite no sólo ver sino ver más. Ver nuestra vida a la luz de Jesús es
verla en profundidad, es ver lo que esconde y descubrir que en lo más profundo
de ella hay Alguien que nos ama con pasión y que nos llama a una vida de
plenitud, a una vida grande. Ya lo decía San Juan Pablo II: Cristo Redentor revela plenamente el hombre
al propio hombre. El es la luz del mundo, la luz de mi mundo. Ahora bien,
para que Cristo pueda iluminar mi mundo, mi realidad, etc. he de dejarme
iluminar, he de abrir las puertas de mi vida para que Él entre.
El que se ha dejado
iluminar por Jesús, puede entonces ser también luz para los demás. La beata
Teresa de Calcuta cuando descubrió “la llamada dentro de su llamada” para
servir a Cristo en los pobres más pobres y así saciar la sed de Jesús, cuenta que
ante la oscuridad de los lugares de la pobreza más radical de Calcuta escuchaba
la voz de Jesús que le decía: Ven, se mi
luz.
También nosotros
estamos llamados a ser la luz de Jesús. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Para quién? Tenemos
que ponernos delante de Dios y delante de nuestra propia vida para poder
responder con sinceridad y con seriedad a estas preguntas y ponernos,
iluminados por Jesús, a su disposición para ser luz en medio del mundo. Ese es el deseo de Jesús: vosotros sois la
luz del mundo… brille así vuestra luz ante los hombres (Mt 5, 15-16).
P. Francisco Vidal Calatayud dcjm
viernes, 20 de marzo de 2015
Y otra cayó en tierra buena ...¡Y por fin creció!
miércoles, 18 de marzo de 2015
Otras cayeron entre zarzas pero estas las ahogaron...
miércoles, 11 de marzo de 2015
... pero salió el sol, se quemaron porque no tenían raíz y se secaron.
Esas semillas que cayeron entre piedras brotaron muy rápidamente, pero al no tener raíz, tan pronto salió el sol se secaron y no dieron fruto! ¿Quienes son estas personas?
Escuchemos al Señor:
Los del terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten.Que Jesús nos de un corazón generoso y con profundidad para que en los momentos de prueba no desistamos. La fe no es un sentimiento que se tiene cuando se siente y se pierde cuando no. La fe es la respuesta al amor de Dios que nos sale al encuentro, se sienta o no. No basta con recibir la Palabra de Dios en nuestro corazón con alegría, es preciso perseverar con la gracia de Dios.
miércoles, 4 de marzo de 2015
Parte cayó en pedregales...
“Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra..."
Esta segunda semana de Cuaresma el Sembrador esparce la semilla entre tierra. ¡Cuantas veces también siembra su Palabra en nuestro corazón y allí hay también piedras: nuestros malos deseos, nuestras miserias, nuestros pecados... ¿Qué le pasa a la semilla? ¿Germina? Sí pero...
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